La zorra, zorra porque es muy lista,
que no por otra cosa, ha olido macho
nuevo y se marcha a la ópera. Hay ópera en la Scala aunque puede que no sea en
Milán. Puede que mucho más cerca. Quizá tampoco haya ópera, pero hay macho
nuevo y papeles encima de la mesa alta. Es que es jueves.
La zorra, solo porque es muy
lista, va a la ópera en jueves. La
flauta mágica. Va a esa Scala que está tan cerca. Va en carroza. Se hace llevar
en carroza. Dicen que el cochero Babas no quería ir, pero le tocó aguantarse.
Cosas de la servidumbre. Que se joda.
Al otro extremo del mundo, Puck había
dejado de follarse a la rana y salía a que le diese el aire. Pensaba en la
ópera y en los conciertos de jazz.
Puck bebía cerveza sin alcohol, sólo
para mear más y mejor, y miraba por la ventana. Hace tiempo. Hace mal tiempo y
aún lo hará peor. Es que es jueves y hace invierno.
La zorra, solo porque es muy lista, que
no por nada más, escucha. Puede que se emocione, pero solo un poco. Ya no se
emociona por casi nada. Pero escucha y evita mirar la cara de perro que se le
ha puesto al cochero Babas. Hace tiempo puso también cara de perro. Hacía
verano entonces. Ponía gasolina y cara de perro.
Muy lejos, muy lejos y más lejos aún,
Puck bebe mirando al mal tiempo. Bebe cerveza sin alcohol y se afila las
orejas. Piensa en volar hacia esa Scala que está ahí al lado.
Pronto será Navidad. Piensa en la ópera
y en el libro de Stendhal.
Manuel
V. Segarra. Agosto 2010.