viernes, 18 de octubre de 2013

ARDOR GUERRERO





Casi todas las mañanas bajo a la cafetería y me tomo un café y un croissant (cruasán en román paladino), una información, la del condumio, que resulta absolutamente irrelevante. Para el desarrollo de esta historia da lo mismo que me tome un café o una chuleta de cerdo. Pero me tomo un café y un croissant y dejo que las migas caigan al suelo para que se las coma un gorrión canijo que ya es un habitual del lugar y al que he bautizado como el “Descarao”. Pues sí, esta información es tan irrelevante como la anterior.
Hoy es domingo y es también 14 de julio, aniversario de la toma de la Bastilla y Día Nacional de Francia, dato histórico que a la mayoría importará un carajo. A los franceses sí les importa, claro. Y a Flavio también aunque por diferente motivo.
Flavio es amigo. Es bastante amigo. Si no fuese porque me da un poco de repelús eso del “mejor amigo”, diría que lo es. A los dos nos tira la afición a la lectura y a esto de escribir aunque él escribe bastante menos. ¿Cómo va a escribir si no le queda tiempo al cabrón?

viernes, 4 de octubre de 2013

LA MASCOTA DE LA LEGIÓN



Un fragmento.

         Aunque no soy el más objetivo para emitir juicios sobre mí, no me tengo por mala persona. Tampoco soy un bendito, vaya que no, pero no creo ser demasiado malo. Yo diría que estoy en la media, aunque mi amigo Bosco me tiene calificado como una especie de barrabás de medio pelo. Cierto es que he hecho alguna barrabasada, pero no me parece que sea para tanto.
         A decir verdad, no sé porqué cuento esto. Al fin y al cabo no iba a hablar de mí. Aunque es de mí precisamente de quien más cosas puedo contar, también tengo alguna cosilla que callar. Mira tú que al final va a ser verdad lo que piensa Bosco.
         Pero vamos a lo que vamos. De quien iba a hablar es precisamente de Bosco.
         Últimamente está un poco preocupado. Le salen, lo mismo que a mí, granos en la nariz de vez en cuando. Yo le digo que no se preocupe tanto porque es normal. Los granos salen donde encuentran espacio. Y dado que su apéndice nasal se acerca peligrosamente al de Cyrano, la cosa está clara. ¿Dónde si no iban a salirle los granos?
         De todos modos, no son las pequeñas excrecencias cutáneas su mayor fuente de desasosiego, no. Son otras cosas que también salen relativamente cerca de la nariz, aunque sea solo en sentido figurado. Digamos que, partiendo del naso, suelen salir a un palmo hacia atrás y hacia arriba.

¿Amor? ¡Los cojones, amor!

Preparando mi próximo trabajo.