El 9 de noviembre, Ana Vanesa Cremades presentó en Aspe mi novela "La reina imposible". Esto fue lo que dijo. Pocas veces han hablado mejor de mí. Gracias.
INTERVENCIÓN
EN LA PRESENTACIÓN DE
LA
REINA IMPOSIBLE
DE
MANUEL SEGARRA
Cierta
vez, una de mis más queridas amigas fijó sus ojos en mí, me escrutó con cariño
y declaró: “¿Sabes, Ana? Eres un personaje de Jane Austen. Tu apariencia, tu manera
de ser… pareces sacada de una de sus novelas”
El
cumplido me sorprendió y halagó al mismo tiempo: la literatura es mi leitmotiv desde
niña y Jane Austen la autora que más me conmueve, pero no me creía digna de un
piropo tan especial. El tiempo le ha dado la razón en muchas cosas, por algo mi
amiga es muy sabia, y aquella definición de mí misma me ha acompañado desde entonces
como un dulce recordatorio de en quién me han convertido los libros y la educación
que recibí de mis padres.
Y,
si os cuento todo esto, no es balde, sino porque, siguiendo los pasos de mi sensitiva
amiga, debo desvelaros un secreto. Manuel, Manolo como amistosamente lo
llamamos sus conocidos, también es un personaje de libro. Manolo se ha escapado
de una obra de teatro de Lope de Vega y tanta tinta corre por sus venas que, a
poco que trates con él, te das cuenta de que es escritor.
Lo
conocí, junto con otros vecinos de Aspe que se convirtieron muy pronto en amigos,
allá por 2008 en el, hasta ahora, último taller de escritura creativa
organizado por el ayuntamiento en la casa del Cisco. Manolo impartía el curso,
aunque el apelativo de maestro le picaba como un traje de tela de saco y nos
corregía si lo llamábamos así.
En
las sesiones escribimos, claro, pero el método de Manolo era diferente. Manolo,
y eso lo comprobaréis cuando os acerquéis a su Reina imposible, no
sienta cátedra, opina; no corrige, sugiere y, sobre todo, desborda
conocimientos históricos y la locuacidad para contarlos que es imprescindible
en todo narrador que aspire a que sus palabras desborden el papel que las
contiene y edifiquen un mundo nuevo en la mente de sus lectores.
Todo
esto lo descubrimos, mis compañeros y yo, a lo largo de aquel taller de literatura
y son rasgos que también ha volcado en su novela, La reina imposible. No
voy a demorarme en la trama de la novela, primero porque para eso contamos con
la presencia del padre de la criatura y segundo, y más importante, porque me
gustaría que os acercarais a ella lo más inocentes posible, como hice yo.
¿Por
qué? Porque merece la pena. Merece mucho la pena adentrarse en las vivencias de
Boudica allá donde la historia da paso a la leyenda y vivir con ella y el resto
de personajes las peripecias que harán que sus vidas ya no sean iguales. He
vivido esta novela como una historia de personajes, un relato difícil de
encuadrar en un género determinado porque supera los estrictos límites que
estos nos imponen; la he sentido como una novela profundamente humana, y me ha
conmovido.
¿Y qué si no buscamos cuando
leemos novelas?
A lo mejor sí soy un personaje
austiano y por eso la épica interior de Boudica me caló tan hondo. De lo que sí
estoy segura, y supone un placer que me haya invitado a estar aquí para poder
contároslo, es de que Manolo Segarra es literatura.
No
quisiera extenderme más. Creo que es necesario que oigáis a Manolo y juzguéis por
vosotros mismos.
Ana Vanesa Cremades Medina
Aspe, 9 de noviembre de 2012
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