Cae fuerte el sol esta tarde. O esta mañana, ya perdida la noción del tiempo.
Quiero irme, escapar de la cueva atravesada de maderos, de plantas ciegas.
Era ya noche cerrada, o madrugada, cuando me atenazaban los muslos firmes.
Temblaba hasta la raíz del pelo aquella imitación burda de princesa olvidada.
Temblaba mientas este guerrero de miserias tosía, gruñía y jadeaba.
Siempre
quiero irme. Siempre, porque no hay más continuidad que un suspiro, aún no sé si
de placer o de hastío.
Manuel V. Segarra 2012
jueves, 10 de mayo de 2012
Presente
Viajo en el tiempo.
Viajo sentado a la sombra de este aligustre que no lo es en realidad. Alarga el Sol las sombras a media tarde y vuelven a mi cabeza aquellos días de salsa china que se han convertido en bilis.
Estoy viendo tu imagen desdibujada y ahora me parece hasta deforme, con todas las deformidades del engaño.
Y, justo ahora, pasas por mi lado y me rio en silencio. Porque el recuerdo se ha encenagado tanto que hasta aquí sube el hedor del vómito.
No te odio, no. Ni siquiera eso.
Manuel V. Segarra
Viajo sentado a la sombra de este aligustre que no lo es en realidad. Alarga el Sol las sombras a media tarde y vuelven a mi cabeza aquellos días de salsa china que se han convertido en bilis.
Estoy viendo tu imagen desdibujada y ahora me parece hasta deforme, con todas las deformidades del engaño.
Y, justo ahora, pasas por mi lado y me rio en silencio. Porque el recuerdo se ha encenagado tanto que hasta aquí sube el hedor del vómito.
No te odio, no. Ni siquiera eso.
Manuel V. Segarra
Suscribirse a:
Entradas (Atom)