Cae fuerte el sol esta tarde. O esta mañana, ya perdida la noción del tiempo.
Quiero irme, escapar de la cueva atravesada de maderos, de plantas ciegas.
Era ya noche cerrada, o madrugada, cuando me atenazaban los muslos firmes.
Temblaba hasta la raíz del pelo aquella imitación burda de princesa olvidada.
Temblaba mientas este guerrero de miserias tosía, gruñía y jadeaba.
Siempre
quiero irme. Siempre, porque no hay más continuidad que un suspiro, aún no sé si
de placer o de hastío.
Manuel V. Segarra 2012
jueves, 10 de mayo de 2012
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