lunes, 1 de octubre de 2012

LISÍSTRATA


         Lo de la democracia, la filosofía, las columnas de estilo jónico y todo lo demás está muy bien. Pero lo cierto es que, a despecho de todo lo que nos han contado, a los griegos de cualquier ciudad, lo que más les gustaba era matarse alegremente con otros griegos de cualquier otra ciudad.
         Eso cuando no se dedicaban a hacer instructivas excursiones a Troya. Luego volvían de la excursión (que para algunos duró veinte años) o de matarse unos a otros y se dedicaban a hacer grieguitos nuevos con las respetables Penélopes que se habían quedado en casa siendo absolutamente, ¡absolutamente! fieles a sus respectivos. (Si, si. Seguramente). El caso es que volvían y, con la misma alegría con la que habían estado matándose, los griegos trincaban a las respectivas y se ponían a fabricar grieguitos que, andando el tiempo, seguirían matándose unos a otros con idéntico entusiasmo que sus ancestros.
         A las griegas, eso de hacer grieguitos nuevos no les parecía mal, sobre todo en la fase inicial del proceso de fabricación que suele ser la que da más gustito. Lo que no les gustaba tanto era que, después de la siembra, los respectivos se marchasen de nuevo espada en mano a practicar el deporte nacional.
         Y, claro está, las griegas se deprimían mucho, se desesperaban y bebían.
         Algunas, por aquello del aburrimiento, se dedicaban a hacer nuevas amistades, pero “solo de oídas”. Cosillas sin importancia.
         Entonces apareció Lisístrata que también bebía, pero se deprimía menos. Y les dijo a las demás que podían seguir bebiendo, pero que se deprimiesen menos. Y luego llamó a otras para que viniesen. Y cuando estuvieron todas reunidas, Lisístrata dijo que ya estaba bien de tonterías. “A ver qué se han creído estos”, “hasta dónde vamos a llegar”, “esto con Agamenón no pasaba” y “se van a enterar estos”.
         En resumen, si los hombres, espada y tararí, ellas, candado y tururú.
         Por supuesto que todas estuvieron de acuerdo y, para celebrarlo, a beber.
         Conclusión, pollo desplumao.
         Si no han entendido nada, vengan a ver LISÍSTRATA (el original es de Aristófanes, que conste, y la adaptación de un servidor). Y si lo han entendido, vengan también. Seguro que pasan un buen rato.

         Centro Polivalente de Carrús, en Elche, el día 23 de noviembre.

Manuel V. Segarra.
Grupo Porc Senglar. Elche.

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